Del carácter administrativo del control
Es necesario distinguir
“las operaciones” de control, de “la función” de control.
La función es de carácter administrativo y es la respuesta al principio
de la delegación: está no se podría dar sin el control, como ya lo hicimos
notar. Cuanta mayor delegación se necesite, se requiere mayor control. Por lo
mismo, el control como función sólo
corresponde al administrador.
En cambio, “las operaciones” son de carácter técnico. Por lo mismo, son
un medio para auxiliar a la línea en sus funciones. Por ello, deben actuar como
“staff”. De ahí la necesidad de “convencer”, y no “imponer”, los medios de
control.
De los estándares
El control es imposible
si no existen “estándares” de alguna
manera prefijados, y será tanto mejor, cuanto más precisos y cuantitativos sean
dichos estándares.
Si el control es comparación de lo realizado con lo esperado, es lógico
qué, que alguna manera, supone siempre una base de comparación previamente
fijada.
Hay veces que esta base son “realizaciones anteriores”, meras
estimaciones empíricas, etc. Pero no se podría decir que se controla algo, si
lo obtenido no se “valoriza”, y, para ello, se compara con “algo”.
De ahí la regla de afinar y perfeccionar los estándares, como un medio
de preparar el control.
Del carácter medial del control
Aunque parezca una cosa
obvia, hay que recordar constantemente este principio. De él se deduce también
espontáneamente una regla: un control sólo deberá usarse si el trabajo, gasto,
etc., que impone, se justifican ante los beneficios que de él se esperan.
En sentido positivo, surge el peligro del “especialista” en la técnica de control de que se trate, el
que casi siempre verá la bondad de su técnica, y tratará de lograr a toda costa
que se implante.
En sentido negativo, está también
el peligro de subestimar los beneficios
de un medio de control, ya porque estos
se produzcan “a largo plazo”, ya porque sea imposible, o difícil al
menos, cuantificarlos. De ahí la convivencia de tratar de hacer esta
cuantificación.
Del principio de excepción
Tiende a aprovechar los
beneficios que resultan de considerar como lo ordinario el cumplimiento de las
previsiones, y las desviaciones imposibles de evitar, como lo excepcional:
hacia estas desviaciones es a donde debe dirigirse toda la atención. Cuando el
principio de excepción se aplica principalmente en el área de los factores estratégicos, se obtienen
todavía más valiosos resultados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario